
UNA PRETEMPORADA, DOS LOCAS Y 40°
Todo empezó con una notificación anodina: “El Atlético de Madrid inicia su pretemporada en Oporto”. Nada raro, ¿no? Pues no para nosotras. Para Txus y para mí, aquello fue como una señal divina. Sin pensarlo dos veces –porque pensar nunca ha sido nuestro fuerte en estas aventuras–, hicimos lo único lógico: preparar una cesta de picnic, buscar entradas asequibles (que resultaron ser regaladas) y poner rumbo a Portugal como si fuéramos embajadoras del colchonerismo internacional.